En la actualidad, la sostenibilidad es un tema que resuena con fuerza en Europa, y España no se queda atrás al buscar alternativas más amigables con el medio ambiente. Una de las tendencias en alza es la sustitución de calderas de gas por sistemas de aerotermia, pero, como en muchas decisiones, hay una letra pequeña que condiciona esta transición.
1. El elevado coste de la transición
De acuerdo con estimaciones de la consultora Arthur D. Little, la renovación del parque de calderas de gas por bombas de calor de aerotermia en España podría costar hasta 18,000 euros. Esto representa un gasto significativo para los hogares y las empresas.
2. Impacto económico en Europa
A nivel europeo, la transición hacia la aerotermia tendría un impacto económico de alrededor de 201,314 millones de euros y afectaría a unos 11 millones de equipos, incluyendo los 9 millones de calderas atmosféricas y los 2.2 millones de calderas de condensación. Sin embargo, es importante señalar que, a partir de 2026, no se establecerán nuevas medidas de eficiencia energética para los sistemas que utilizan combustibles fósiles. Joan Baralla, presidente de Sedigas, destaca que la ley europea «ni prohíbe ni fija fechas para eliminar calderas atmosféricas».
3. Desafíos en el sistema energético
Además, las principales compañías energéticas europeas han advertido durante meses que la creciente instalación de bombas de calor y estaciones de carga podría sobrecargar el sistema, ya que no estaría preparado para soportar tanta demanda. Esto plantea un desafío significativo para la infraestructura energética.
4. Adaptación a la realidad española
Joan Baralla sostiene que en España «es posible descarbonizar la demanda de calefacción simplemente con el biometano», lo cual es una alternativa más acorde con las características del país y sus recursos económicos. No obstante, también reconoce que sustituir el actual parque de calderas en España por bombas de calor en el ámbito residencial es inviable debido a su alto costo.
5. Barreras económicas en la transición
El cambio hacia la aerotermia representa un desafío financiero para muchas familias y empresas en España. A pesar de las subvenciones que pueden alcanzar los 5,000 euros, la barrera económica sigue siendo significativa. «Es más fácil tener 1,500 euros ahorrados que cambiar todo el sistema. El ahorro neto español es de 9,000 euros, mientras que la bomba de calor costaría 18,000 euros para instalar un suelo radiante con aerotermia, y solo sería viable en cocinas de 105 m2, ya que la máquina tiene el tamaño de una nevera», afirma Baralla.
