Los frenos de tu coche son uno de los sistemas más críticos para tu seguridad en la carretera. Para evitar situaciones peligrosas al volante, es fundamental mantener un registro de mantenimiento adecuado y llevar tu vehículo a un taller de confianza para revisar los frenos cada 15.000 kilómetros. Los problemas en el sistema de frenado tienden a desarrollarse gradualmente, por lo que es importante no descuidar su mantenimiento. En España, el 28% de los accidentes automovilísticos se deben a problemas de mantenimiento del vehículo, lo que subraya la importancia de mantener un control constante sobre este sistema vital.
La importancia de frenos del coche en buen estado
Tener un sistema de frenado en perfecto estado garantiza una mayor seguridad al conducir a altas velocidades. Si tu automóvil viaja a más de 100 kilómetros por hora y los frenos están en mal estado, necesitarías aproximadamente 20 metros adicionales para detener el vehículo por completo. Esto significa que tu seguridad no está completamente asegurada y podrías estar en riesgo de colisionar con otros vehículos.
Según datos del Real Automóvil Club de España (RACE) en relación con las Inspecciones Técnicas de Vehículos (ITV), el 15,5% de los defectos graves en los automóviles españoles están relacionados con el sistema de frenos. Esto significa que uno de cada cinco vehículos en las carreteras españolas circula con frenos en mal estado.
Síntomas de frenos de coche en mal estado
Con el tiempo y dependiendo del tipo de conducción y vehículo, los discos y las pastillas de freno se desgastan gradualmente. Esto puede manifestarse a través de varios síntomas que indican que tu sistema de frenos podría estar en mal estado. Algunos de los signos más importantes incluyen:
1. Chirridos al frenar.
2. Pérdida de líquido de frenos y frenado irregular.
3. Pedal del freno extremadamente duro o pérdida ocasional de control del vehículo.
Estos son indicios significativos de que debes llevar tu automóvil a tu taller de confianza para una revisión exhaustiva de los frenos. Recuerda que un sistema de frenado seguro y eficiente es esencial para evitar convertirte en un peligro en la carretera.
¿Qué hacer si los frenos no responden?
Como mencionamos anteriormente, los fallos en el sistema de frenado no suelen ocurrir de forma repentina; generalmente, se manifiestan gradualmente a través de señales de advertencia. Sin embargo, en situaciones extremas donde los frenos no responden, es crucial saber cómo actuar para minimizar los riesgos. Aquí tienes cinco pasos a seguir:
1. Presiona el freno intensamente o de forma repetida
En caso de un fallo de frenos en pleno viaje, lo primero que debes intentar es aumentar la presión en el sistema de frenado. Pisa el pedal de forma intensa y repetida. Si esto no funciona, intenta utilizar el freno motor reduciendo marchas hasta detener el vehículo. Si tu automóvil cuenta con frenos antibloqueo (ABS), mantén presionado el pedal sin soltarlo para activar el sistema. Controla la dirección del vehículo para evitar accidentes graves.
2. Sal de la carretera de manera segura
Cuando te das cuenta de que tus frenos están fallando, debes pensar de inmediato en cómo salir de la carretera de forma rápida y segura. Utiliza áreas de frenado de emergencia si están disponibles o acércate al arcén con precaución para evitar riesgos para ti y otros conductores.
3. Revisa el sistema de frenado
Como mencionamos anteriormente, es esencial realizar revisiones periódicas de los frenos, cada 15.000 kilómetros. Si los frenos no responden como deberían o escuchas ruidos extraños al frenar, visita a tu mecánico de confianza para que investigue y solucione el problema.
4. Mantén la calma
Conservar la calma en situaciones de emergencia es fundamental para mantener el control del vehículo. Enciende las luces de emergencia para alertar a otros conductores sobre tu situación. Luego, sigue las pautas mencionadas anteriormente: presiona el sistema de frenado, controla el vehículo y busca una salida segura de la carretera.
5. No apagues el motor ni uses el freno de mano
Evita apagar el motor en caso de fallo de frenos, ya que esto representa un riesgo considerable para los ocupantes del vehículo. Si es absolutamente necesario, utiliza el freno de mano de manera suave y progresiva, recordando reducir las marchas gradualmente para detener el automóvil en un lugar seguro.
Actuar con rapidez y serenidad en caso de fallo de frenos puede marcar la diferencia entre un accidente grave y una situación controlada. La seguridad en la carretera es primordial, y mantener tus frenos en buen estado es una parte crucial de ese compromiso.